En clase con Josefina

Esta mañana me ha tocado la lotería, sí, no os sorprendáis me ha tocado la lotería que más falta me hacía en ese momento: una hora en clase con Josefina.
Pocas veces tenemos la oportunidad de ver en acción a nuestras amigas y compañeras de promoción. Hoy ha sido una de esas raras ocasiones, he estado con Josefina en un aula de verdad, con alumnos de verdad y con ella, una maestra, en verdad, genial.
He podido ver por mis propios ojos eso que todos saben, es decir, que Josefina es una gran docente, apreciada por sus compañeros y alumnos.
He quedado impresionada por cómo se han portado sus alumnos de 5º curso que, tan sólo, después de un mes y medio de clase, se atreven a hablar en francés, a hacer juegos de rol y están ansiosos por participar en cualquiera de las actividades propuesta por su seño.
He oído a un alumno decir: “Hoy hay dos profes, si sacamos un 10 en el examen nos pondrán un 20”. La verdad es que tenía su lógica. Luego, en respuesta a esto, otro ha comentado: “Pues doble nota desfavorable para los padres en la agenda”. ¿En qué estaría pesando este? Que conste que no he visto objetos punzantes…
Creo que nuestras profesores/as de Facultad se pueden sentir orgullosos/as de la clase de docente que ayudaron a formar, en la clase de francés de Josefina se respira un clima de confianza y cooperación con lo cual no hay miedo ni a hablar ni a participar y desde luego se aprecian los progresos hechos. Me he sentido muy orgullosa de Josefina pero, ya me sentía antes de eso.
Los alumnos han manifestado su deseo de tener clase de francés todos los días y desde luego, parecían sinceros. También, han querido saber mis años y claro, les he dicho la verdad: 25.
Gracias Josefina por existir y por ser así.
Lo dicho, yo de mayor quiero ser Josefina.

Un beso a todo el mundo

Otra mañana de mi vida

Hola de nuevo…
Hoy es un día brillante y mañana lo será más.

Habrá quien crea que me invento mis historias pero, es de verdad que me pasan y las encuentro entre divertidas y dramáticas…

Hoy he tenido la segunda parte de mi revisión médica y definitivamente soy una persona sana en cuanto al cuerpo se refiere, ya lo del “melón” pues, ha dicho que le iba a pasar las respuestas del cuestionario psicológico al psicólogo pero, creo que dirá que tengo una locura de lo más razonable…
Estoy perfecta si obviamos el hecho de mi sobrepeso y que coma más pescado azul ya que tengo bajo el “colesterol bueno” en fin, iré mordiendo sardinas siempre que pueda.

A la vuelta a casa, antes de girar al Camino de Los Pinos había bastante tráfico y he atajado por unas naves industriales y he llegado a casa. Me pongo a bajar uno de los dos sacos de pienso de mi coche que descansaban en él desde el pasado sábado cuando, de repente, he estado a punto de morir de un infarto y eso que estaba sana. Me giro arrastrando el saco y me encuentro a un policía asomado por la puerta de acceso a mi propiedad (y del banco, claro). ¡Jopetas! Y va el hombre y me dice que no me asuste, joder (perdón por el taco), voy a ir yo a su casa y me voy a asomar por su balcón a ver si se asusta. Le he preguntado si quería algo con voz aguda y crispada por la tensión del momento y sus palabras textuales han sido: “No se preocupe es que estamos buscando un coche parecido al suyo”. Ahhhhh, menos mal que no buscaban a alguien parecido a mí!!!
Cuando he hecho ese giro correcto para evitar el tráfico y el semáforo, el mencionado agente de la autoridad salía galopando sobre su moto de un camino y se ve que le ha parecido sospecho o mi giro correcto (valga la insistencia en el tema) o mi coche o mi geta de huertanica y el hombre ha decidido seguirme…. Pues va a tener que fastidiarse pues, aunque siento deseos de golpear a alguien de vez en cuando, no he matado a nadie ni he atracado un banco aunque todo habrá que planteárselo. Soy demasiado buena.
Para que luego digan que no hay un policía cuando se le necesita… pruebe usted a evitar un semáforo y tendrá uno asomándose a la chita callando por su puerta.

El domingo también me pasó algo curioso… estaba en casa de una vecina francesa (¡qué suerte tengo!) hablando de unos asuntillos cuando, me suena el teléfono:
-Dígame.
-¿Eres Noelia?
-Sí,
-Ah, perdón, me he equivocado.
Yo creo que tiene su gracia, menos mal que tenía testigos pues, sino hubiese pensado que mi otra yo me llamaba. Por cierto este era el nº de entrada por si alguien tiene alguna pista: 659 935 273. Acabo de caer en la cuenta que se lo podía haber comentado a mi agente de policía particular. ¡Otra oportunidad desaprovechada!
Esta vida es una tómbola llena de luz y de color y tengo mucha suerte de contar con vosotros/as: http://www.youtube.com/watch?v=CfZCl6pwkr8

Por cierto fueron 4 los pinchazos y, sin lugar a dudas, el giro era correcto.


Un besazo a todas/os y os deseo un día brillante, luminoso y con algo de humor.